Explorando el mundo bajo nuestros pies
¿Recordáis el placer que nos producía el hecho de caminar descalzos en nuestra niñez?
Sentir el agradable tacto de los pisos de madera pulida bajo nuestras plantas, la jugosa y refrescante hierba, la fina arena de la playa, las ásperas superficies de roca, las sensaciones recibidas al sumergirlos en el agua, hundir los pies en la arena del río en verano... y mil posibilidades más de explorar el vasto y amplio mundo.
De niños, todo nos producía curiosidad, ése fundamental factor y elemento indispensable para el desarrollo de la capacidad de observación y del posterior aprendizaje, de la mente escudriñadora y científica que nos facilitaba la formulación de las primeras preguntas, de las primeras hipótesis, de los primeros experimentos... No hay duda de que cuando éramos niños el hecho de sacarnos los zapatos y caminar descalzos nos producía sensaciones placenteras y de felicidad y, la vida es, en su mayor parte, la suma de pequeños placeres, y estos ván conformando segmentos y partes del significado de "ser humano".
Está sobradamente demostrado que estar en contacto directo con la tierra, el agua, el sol, la hierba... el estar en contacto con los elementos, con la Vida en sus diversas manifestaciones... es muy saludable para nuestro cuerpo y mente y, por ende, para nuestra Salud y Bienestar.
La planta del pie es una de las partes del cuerpo con más terminaciones nerviosas y éstas se hallan en comunicación directa con el resto del organismo. Por eso caminar descalzos, además de placentero, resulta un excelente auto masaje de reflexología podal que estimula el funcionamiento de los distintos órganos y la circulación sanguínea.
La planta del pie es una de las partes del cuerpo con más terminaciones nerviosas y éstas se hallan en comunicación directa con el resto del organismo. Por eso caminar descalzos, además de placentero, resulta un excelente auto masaje de reflexología podal que estimula el funcionamiento de los distintos órganos y la circulación sanguínea.
Ventajas de andar descalzo
- Se activa la circulación linfática y venosa.
- Al tocar el suelo se movilizan terminales nerviosas que producen un efecto relajante.
- Cualquier caminata tonifica además las piernas y los glúteos.
- Ayuda en la formación del arco de la planta del pie, evitando los pies planos. Caminar descalzo es un buen ejercicio para dar forma a los huesos que forman la planta del pie.
- El yodo y otros minerales que se encuentran en el agua de mar poseen propiedades antioxidantes y previenen el envejecimiento de la piel.
- El cuerpo produce regularmente cargas positivas, que pueden oxidarlo y dañarlo si son excesivas. Al ser la superficie de la Tierra conductora de electricidad; mantiene una carga negativa. Por tanto, caminar descalzo nos sirve de "toma de tierra" natural y nos beneficia en el mantenimiento de un buen equilibrio bio-eléctrico de nuestro organismo.
- Mediante la estimulación obtenida al caminar descalzo se consigue establecer el balance natural de la energía y la funcionalidad armónica de todo el organismo.
- Ofrece más y mejores experiencias de aprendizaje sensorial (experiencia - no invasiva - que trabaja los sistemas sensoriales, facilitando una mejor percepción).
"Las extremidades inferiores son para el hombre como las raíces
para un árbol:
según se encuentren sus pies, así estará el resto de la
persona".