EL CONTACTO EN EL MASAJE: LO QUE LAS MANOS TRANSMITEN
El
contacto físico es una forma de comunicación no verbal y ya en las primeras
etapas de la vida del ser humano es una vía importante para la relación
interpersonal, siendo especialmente utilizado para transmitir mensajes de
carácter afectivo o emocional; pero a lo largo del desarrollo, esta
comunicación que se produce a través de la conducta táctil, tiende a
desaparecer por el empleo preferente de otras vías de comunicación y por las
connotaciones sexuales que se le pueden otorgar.
En
nuestra sociedad, las personas de edad son tocadas quizá menos que nadie. Esta
pérdida literal del contacto debe contribuir grandemente a la sensación de
aislamiento que sienten cada vez con más frecuencia los seres humanos en
nuestra sociedad que tiende al individualismo y al aislamiento afectivo.
“La
impersonalidad de la vida en nuestro mundo moderno se ha vuelto tan acusada que
hemos producido, en efecto, una nueva raza de Intocables. Nos hemos vuelto
extraños unos para con otros, no sólo evitando sino defendiéndonos activamente
de todas las formas de contacto físico “innecesario”. La capacidad del hombre
occidental para relacionarse con sus prójimos ha quedado muy atrás respecto a
su habilidad para conversar con las computadoras, comunicarse con los coches y
hablar con los juguetes.” (Montagu, A., Matson, F.:
El contacto humano).
De
todos los canales de comunicación, el tacto es el que se encuentra más
cuidadosamente vigilado y reservado, el más fuertemente proscrito y el menos
utilizado, y la más primitiva, directa e intensa de todas las conductas de
comunicación.
El
contacto físico es vital para el ser humano puesto que a través de dicho
contacto, damos y recibimos afecto. El contacto físico y energético es esencial
para la vida, para circular en la cadena vibracional en la que nos movemos,
actuamos y también estamos. El contacto es vida y la propia Vida es Contacto.
La
piel es un órgano maravilloso que cuenta con alrededor de 5 millones de
receptores del tacto que envían impulsos nerviosos al cerebro a través de la
médula. Entrar en contacto físico con la piel, ya sea a través de una caricia o
de una ligera presión puede generar un imanto profundo en la presión sanguínea
y liberar endorfinas, llamadas hormonas del bienestar, por su efecto analgésico
y su estrecha relación con los estados de ánimo. De allí que a partir de la
contención de un abrazo, las madres puedan disminuir la angustia e incluso el
dolor físico de sus hijos.
Necesitamos
ser tocados. Estudios realizados con bebés prematuros en incubadoras han
demostrado que los bebes que reciben estimulación táctil mediante masajes,
aumentan de peso más rápidamente que los no masajeados; captan mejor lo que les
rodea, se orientan, responden a ruidos y controlan mejor sus emociones, lloran
menos y en general su sistema nervioso y el cerebro madura más deprisa. Si a un
bebé se le alimenta y cuida bien, pero se le priva de contacto físico, sufre un
estancamiento psicológico y físico, pudiendo llegar a causarle daño cerebral.
Si un adulto no ha sido acariciado de pequeño es más probable que tampoco
acaricie a sus hijos con lo que el ciclo se perpetúa.
El
tacto es crucial en las relaciones humanas, y como dice Montagu “una
experiencia táctil inadecuada tendrá como consecuencia una incapacidad para
relacionarse con los demás en muchos aspectos humanos fundamentales”. (Montagu,
A., Matson, F.: El contacto humano).
Se
ha perdido mucho el contacto físico entre las personas, pero está demostrado
que es una buena forma de alimentar el amor y establecer conexiones de calidad
que le ayuden a relajarse y comunicarse más íntima y cercanamente...
(ver: "Cómo Tocar" en el masaje).
(ver: "Cómo Tocar" en el masaje).
Un
ejemplo: ¿a que resulta curioso el nivel
de intimidad y confidencia o complicidad que se crea en una peluquería mientras
lavan o masajean la cabeza, o mientras cepillan delicadamente el pelo? Lo mismo
casi que cuando nos dan un masaje. En mi opinión está relacionado con el hecho
de que nos toquen –con cariño y cuidado claro-, y que ello nos hace más
abiertos o expresivos.
Otro
ejemplo: ¿A quién no le gusta que le den
un masaje? Ya no terapéutico para quitar dolores, sino uno relajante que quite
tensiones y tranquilice. Al aumentar la circulación linfática y aumentar la
producción de endorfinas, los masajes refuerzan además el sistema inmunológico
y reducen los niveles de cortisol y norepinefrina, las hormonas del estrés,
estimulando el vago, uno de los doce nervios craneales que regulan distintas
funciones del organismo, controlando la secreción de la insulina y la glucosa,
hormonas que intervienen en la absorción de nutrientes.
El
masaje, considerado como terapia de contacto lo que hace es estimular e
incidir en
aspectos psicosociales y afectivos que mejoran las relaciones interpersonales no sólo en el hogar, sino también en el resto de las interacciones sociales de la vida cotidiana.
aspectos psicosociales y afectivos que mejoran las relaciones interpersonales no sólo en el hogar, sino también en el resto de las interacciones sociales de la vida cotidiana.
Se
suele pensar que el masaje es un lujo, y que solo acudimos a él cuando lo
necesitamos. Sin embargo el masaje, como cualquier terapia natural, debería ser
adoptado e integrado en nuestra vida diaria y considerarlo como parte de la
medicina preventiva.
El
contacto físico a través del masaje es vital para el bienestar personal ya que
todos necesitamos sentir el contacto físico de los demás. No sólo relajamos la
musculatura, también relajamos la mente y el alma. Aflojamos los músculos y
también las emociones.
Algunos
beneficios que se reciben desde el masaje considerado como una terapia de
contacto:
- Ayuda a conectarse con el placer del contacto y del movimiento corporal.
- Ablanda los tejidos, disolviendo las tensiones corporales y promoviendo la relajación.
- Elimina impresiones negativas, recuerdos, bloqueos, condicionamientos en la relación sexual, y las personas se sienten más abiertas y optimistas.
- Ayuda a eliminar dolores y entumecimientos, y mejorar la sensibilidad.
- Mejora los síntomas relacionados con el estrés, como depresión, frustración, insomnio, y la persona se siente más feliz y confiada.
- Ayuda a disolver conflictos relacionados con la sexualidad: culpabilidad, vergüenza, tristeza, miedo, duda y desconfianza, y por tanto, mejora las relaciones de pareja.
- Despierta la conexión con uno mismo, sintiéndose libre en un lugar seguro, por lo que ayuda a aumentar la autoestima y disminuir la timidez.
- Ayuda a la persona a entrar en una ampliación de su conciencia, disolviendo su identidad y sintiéndose parte de una totalidad viviente que le permite alcanzar su propia trascendencia.
MASAJES Y TRATAMIENTOS EN MADRID
Las
técnicas que nos llegan desde Asia y elaboradas por milenarias culturas dónde
cuerpo y mente están íntimamente relacionados, relajan, estiran, ablandan y estimulan nuestros cuerpos después de un día de dura labor.